Mediodía en Plaza San Martín. Sol tibio, aire fresco, un poco de verde en medio del caos microcéntrico. Gente caminando en todas direcciones (¿quién sabe de dónde vienen y adónde van?), los árboles, las palomas, la bandera que flamea detrás.
Sólo unos minutos para recargar las baterías y volver a la rutina. Apenas un rato para observar la belleza alrededor y renegar de los ruidos que no la dejan en paz. Una buena opción para distenderme y sentirme mejor.
Sería tanto más lindo si estuvieras aquí.
Sólo faltás vos...
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