La libertad de volar (II)

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Como un avión, se trata de moverse hacia adelante con todas tus energías. Llegará un momento en el que, por fin, podrás volar. Y las cosas que te parecían enormes ya no lo serán. Y la inmensidad del mundo aparecerá, majestuosa, ante tus ojos.

Like a plane, it's all about moving forward with all your energies. A moment will arrive when you will finally be able to fly. And the things that looked huge to you won't be anymore. And the vastness of the world will appear majestically before your eyes.


Y no importa cuán pesada sea tu carga. ¡Finalmente lo harás!

And no matter how heavy your load is. Finally you will do it!
 
Foto de aquí


Misterio (ese equilibrio...)

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No es la desesperación, ni la impaciencia.
Tampoco es la apatía de simplemente esperar que todo llegue.
No es el optimismo ciego,
ni es tener una visión del mundo tan amplia que resalte los defectos.
No es planificar cada segundo de mi vida, cada pensamiento, cada acción,
pero también es verdad que no es dejar todo librado al azar...
No funciona presionar a mi mente para que sea positiva,
pero tampoco parece funcionar el dejarla fluir...

No es que no me sienta encaminado,
pero todavía no sé cómo alcanzar mis sueños...

La libertad de volar

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Soy un avión. Estoy lleno de carga y de combustible en mi interior. Eso hace que tenga un gran peso que me mantiene atado a la tierra, siempre en el mismo lugar. Mi panorama es aburrido, me rodea siempre la misma imagen, ese cielo nublado... Nada cambia mientras yo estoy así.

Pero afortunadamente me di cuenta de algo. Soy mi propio piloto. Y sí, también llevo una gran carga en mi interior. Pero parte de eso que llamo carga es la energía misma que me puede poner en movimiento. Y ahora sé que estoy lleno de ella.

Sólo debo hacer una cosa. Ponerme en marcha e ir hacia adelante. Con todas mis fuerzas. Poner en movimiento todo lo que soy, todo lo que tengo, toda mi energía concentrada en seguir siempre hacia adelante. Al principio notaré que sigo quieto. Es porque mi carga, todo eso que pesa dentro de mí, es grande, y necesito vencer esa inercia para poder salir del lugar en que estoy. Incluso tal vez yo mismo, sin darme cuenta, esté accionando mis propios frenos e impidiéndome cualquier movimiento.

Pero ahora soy consciente de eso, y lo podré cambiar. Ahora sé que en algún momento notaré, sorprendido, que ya estoy avanzando. Y no será suficiente. Deberé seguir dando todo de mí para avanzar más, y cada vez más rápido. Una y otra vez, sin pausa.

Y la magia, finalmente, ocurrirá.

Casi sin que me dé cuenta, llegará un momento en el que, con un mínimo movimiento, elevaré mi cara, mis ojos, hacia el cielo, y mis pies ya no tocarán el suelo. Ya no estaré atado a la tierra. Cumpliré al fin mi sueño de volar. Sólo debo mover mis alas, y mi velocidad y la magia del aire a mi alrededor harán el resto. Puede que las turbulencias me hagan tambalear en mi ascenso, pero mis alas y mi timón están preparados para sortearlas y seguir mi camino. Podré llegar tan alto como me proponga. Me abriré paso entre las nubes que alguna vez le quitaron el brillo a mi mundo y veré, finalmente, la inmensidad de un cielo azul y lleno de sol, todo para mí.

La única condición es que debo mantenerme siempre en movimiento si no quiero caer. Obviamente, me demandará bastante energía, ya que no debo detenerme ni por un segundo. Cada instante será una lucha por mantenerme volando.

Pero no dudaré ni un segundo en pagar ese precio.
Ese es mi pasaporte a la libertad.




"...y en el final dependeremos de los sueños,
porque de eso está hecho el amor..."
Van Halen, "Dreams"

Plácido final

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Un día que pasé arrastrado por las mareas. Una hoja, alguna vez en blanco, en la cual sólo se ve un signo de interrogación. Una sensación que sentí muchas veces y ya no quiero repetir. La sensación del ayer desvaneciéndose, dejando frente a mí sólo un presente mustio del cual parece no haber escapatoria. Una soledad que, sé, es falsa, pero no por eso deja de abrumarme. La sensación de que dentro de mí no hay nada...

Sólo queda recostarme, tratar de encontrar un pequeño paraíso al menos en la intimidad de mi cuarto, esas cuatro paredes que serán habitadas sólo por mí cuando los monstruos en mi interior decidan marcharse, al menos hasta mañana. Un plácido final para el día de hoy.

Simplemente aguardo con mis ojos cerrados.
Mañana será mejor...

Y pensar que...

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...mientras yo estoy aquí, muchas veces haciéndome problema por cosas que tal vez no lo ameritan, uno de mis músicos favoritos está con un pie fuera de este mundo, y de seguro daría cualquier cosa por volver a ver el sol, sentir el viento en su cara, escuchar la voz de sus hijos... y volver a cantar.



Todos te esperamos aquí para que sigas haciendo tu magia...

En las nubes

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Hay días en los que uno no conecta con las "cosas del día". Días en los que la mente se niega rotundamente a cualquier forma de trabajo, rutina u obligación. En días como éste, esa parte tal vez reprimida en un rincón emerge, como lava de un volcán, ardiente de sentimientos, deseos, sueños, recuerdos tristes y felices. Historias de amores no correspondidos, sueños de la infancia que se creían perdidos, el quiero por encima del debería.

Heme aquí, en mi trabajo, sin trabajar. Hoy no engancho de ninguna forma. Y me inquieta un poco. Pero días como éste me recuerdan mi naturaleza humana no rutinaria, mi esencia. Y los vivo intensamente. Música que me aísla del resto del mundo. Palabras que vuelven a salir de mí rumbo al papel, o a los dedos, como en mis años diecialgo. Una parte de mí que parecía perdida y ha vuelto a surgir...

Hoy estoy en cualquier lugar.
Y me encanta.

Haciendo camino

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Desde que abro mis ojos, tengo la chance de elegir. Elijo la ropa que voy a usar, el perfume que me voy a poner, elijo mi desayuno... y elijo el tipo de día que voy a tener.

Elijo discutir por pequeñeces... o sonreír por las cosas grandes.
Elijo enojarme con lo que me sale mal... o buscarle la vuelta para que salga bien.
Elijo hacer lo mismo de siempre, con resultados conocidos y grises... o romper la rutina y apostar a que algo nuevo y mejor es posible.
Elijo seguir chocando contra la pared, insistiendo con esa persona que no tiene interés en mí... o sigo adelante, atento a la gente a mi alrededor, y dispuesto a abrirle los brazos a quien sí quiera algo de mí.

Cada pequeña acción tiene un efecto enorme sobre todo lo que me pasará en mi día, y en el resto de mi vida. Con cada cosa que hago, construyo mi camino, escribo mi historia, alimento mi alma...

Lo más importante es este mismo día.
La mejor época de la vida... es HOY.